La plasticidad cerebral es la capacidad que tienen las células nerviosas para regenerarse anatómica y funcionalmente como consecuencia de estimulaciones ambientales.
Plasticidad cerebral y bosques
La psicóloga Simone Kühn, junto a su equipo de investigación, se dedicó al análisis de los efectos de la naturaleza cercana a viviendas como: bosques, parques e incluso una zona baldía, sobre regiones cerebrales que procesan el estrés como la amígdala.
El objetivo de dicho estudio era confirmar que tan propensos o con que rango son más propensos los habitantes de grandes ciudades para desarrollar diferentes enfermedades psiquiátricas como depresión.
Derivado de los resultados, se estableció el impacto benéfico en la salud cerebral cuando hay naturaleza cerca de las personas que residen en ciudades. Plasticidad cerebral.
341 adultos, entre 61 y 82 años de edad, fueron sometidos a pruebas de razonamiento y memoria; así como a dispositivos de imagen por resonancia magnética y, con base en las comparaciones cerebrales, se determinó que los habitantes de las ciudades que viven cerca de un bosque, tienen más posibilidades de mostrar indicadores de una amígdala más saludable y además mostraron mayor capacidad de sobrellevar el estrés que aquellos que no tienen cerca la naturaleza.
La doctora Simone Kühn explicó que la investigación sobre la plasticidad del cerebral, respalda la suposición de que el entorno puede dar forma a la estructura y función cerebral. Por tal razón se interesó en conocer las condiciones ambientales que pueden tener efectos positivos en el encéfalo.
Vía: Conacyt